Una dormitorio con vistas en la Zurriola (Donostia). En pleno barrio de Gros y a escasos metros del Palacio de Congresos del Kursaal nos encontramos con un remanso de paz. Al abrir las ventanas suena el oleaje de la playa de Gros y sobre huele a salitre. Los días de borrasca, cuando las gotas de agua y el viento intentan colarse a través de los cristales un buen libro, un poco de música y quizas… porque no, un gintonic, nos ayudará a pasar una buena tarde.
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