Seguimos por el Danakil. Tras una dura jornada de ruta llegamos a Ahmed Ale, una especie de asentamiento pedregoso situado a una decena de kilometros del Lago Essale. El calor es sofocante. Estamos en una de las zonas más cálidas de la tierra. En Ahmed Ale hay bastantes sitios en los que te alquilan unos camastros para dormir al aire libre. Como llegamos un poco tarde…están todos ocupados.. y nos toca volver a plantar las tiendas. El problema es buscar un sitio en el que no haya piedras. Algunos aprovechan para darse una ducha de campaña. La noche caerá pronto y mañana queremos madrugar para ver partir a las caravanas de camellos y los extractores de sal.
Aún no ha amanecido y ya estamos caminando hacia un lecho seco de lo que fue un río. Allí una multitud de camellos y camelleros esperan la hora de partir hacia su trabajo habitual: extraer la sal del Lago Essale. Este enorme salar está situado 125 metros por debajo del nivel del mar y soporta unas temperaturas altísimas. En cuanto salen los primeros rayos del sol, las caravanas de burros y camellos se ponen en marcha. El espectáculo es silencioso y muy fotogénico. Aprovechamos hasta el último instante para sacar fotografías de una forma de vida que desaparecerá con el paso del tiempo.