Papua. El Valle de Baliem 5. Se acabó…Nada termina como empieza…Nuestro quinto día en Papua, en el valle de Baliem, prometía bonito. Amaneció despejado y el sol asomaba entre las montañas. Como todas las mañanas se repetía el ritual. Salir de los sacos, preparar la mochila, desayunar, dar una vuelta por el poblado mientras el crew recogía el campamento y empezar a caminar lentamente.
Aquel día había mas humedad de la normal. Pasamos varios puentes de esos que quitan el hipo. Nos cruzamos con bastantes lugareños por el camino. Pero en el sitio mas tonto del camino un inoportuno resbalón provocó la rotura del tobillo de Marije. Un grito..y presentí lo peor. Ella, sentada sobre la hierba, se retorcía de dolor agarrándose el tobillo. La cosa pintaba mal. Mientras los porteadores hacían una camilla con ramas, le hicimos una inmovilización a su tobillo. Quedaban bastantes horas hasta el primer sitio civilizado. A duras penas llegamos hasta la primera pista de aterrizaje mas cercana. Nos costo la tira, sobretodo a los cargaron con la herida. Una vez en el poblado, pedimos por radio una avioneta para trasladarnos hasta Wamena. Nuestro viaje había terminado. Lo que había comenzado como un periplo de mas de un mes por Indonesia, se había convertido en una retirada en toda regla.
Una vez en Wamena, nos vieron en un dispensario de dudoso calibre y decidimos volar hasta Jayarapura. Allí en el hospital, después de pagar religiosamente todas las pruebas que le hicieron, confirmaron la rotura ósea. La duda era operar in situ o volver a casa. Decidimos esta segunda y tras varios días de vuelos y aeropuertos llegamos a casa. En el hospital Marije fue operada con éxito. De repente me encontré a mediados de Agosto en Zarautz….
Moraleja: sacaros un seguro de viaje siempre que salgais. Nosotros lo hacemos siempre y merece la pena.